Las fronteras de la antropología
Viviana
Perla Salvetti realiza un espléndido Extracto del libro de Mari
FranceF Hirigoyen, El acoso
moral.
Hirigoyen es profesora y Doctora en
Medicina, estudió víctimología y criminología en EUU. En
1998 publica en Francia Le harcèlement moral, la
violence perverse au quotidie, que venderá miles de ejemplares
en 25 idiomas.
Una
explicación resumida de un libro que desentraña las auténticas
razones de los perversos acosadores en todos los ámbitos de la
vida.
La
autora del extracto comienza con las preguntas de rigor que darán
lugar a hilo argumental de la doctora Hirigoyen.
¿Qué
es exactamente el “Acoso moral”?
¿Quién
la inicia y cuándo deviene en Confabulación Grupal Perversa?
¿Bajo qué circunstancias y cuáles son los oscuros intereses dominantes se genera un pequeño foco de malestar grupal contra una persona particular y retroalimentan un problema de proporciones tales que ningún profesional (médico, jurídico u otro) socorre o defienda a la víctima debido al grave riesgo de terminar gravemente involucrado o afectado, sometiendo a la víctima al más absoluto aislamiento e indefensión?
¿Cómo se llega al punto en que toda búsqueda de justicia legítima por parte de la víctima consiga adquirir la apariencia de delito?
¿Cómo distinguir entre una enfermedad psiquátrica previa por parte de la víctima y los desbordes convenientemente provocados a posteriori por el Grupo perverso tendientes a destruir la dignidad de la víctima con el claro objeto por parte del grupo delictivo de conseguir impunidad?
La
relación entre el individuo y la sociedad resulta compleja y no son
escasos los procesos en los que la lucha por el poder se enmascara
mediante fórmulas morales perversas.
En
su trabajo de 1998 traducido como El acoso moral, la
terapeuta Marie-France Hirigoyen presentó un análisis
extremadamente clarificador acerca de cómo en nuestro alrededor se
puede destruir a alguien de manera sutil, empleando solamente
palabras, insinuaciones, rumores; esto es, mediante una violencia
perversa que se ha traducido como “Acoso Moral”, al
mobbing anglosajón.
(Según el estudio de la OIT, el término inglés bullying equivale a novatada y se dan cifras de casi el 10%, en tanto que el término mobbing se refiere a persecuciones colectivas sobre un individuo en particular).
Personalmente y atendiendo al término anglosajón inicial,(mobbing) me parece más adecuado el término de Confabulación Grupal manifiesta en diferentes grados de violencia
Hirigoyen
analiza la presencia de este fenómeno en la vida cotidiana, ya fuera
en el ámbito privado o en el lugar de trabajo.
El análisis disecciona en qué consiste tal acoso, fuertemente condicionado por las características del agresor y de la víctima, así como también las consecuencias reales para la víctima y su entorno. No caben dudas que una situación de violencia perversa suele anestesiar a la víctima, la cual no mostrará entonces más que lo peor de sí misma. El agresor alimenta comportamientos deliberados encaminados a provocar ansiedad en la víctima, lo que genera en ella una actitud defensiva, a su vez generadora de nuevas agresiones.
Tras
un determinado periodo de evolución del conflicto, se ponen en
marcha fenómenos de fobia recíproca: la visión de la persona
odiada desencadena una rabia fría en el agresor, la visión del
perseguidor provoca en la víctima una reacción de temor. Es un
reflejo condicionado agresivo o defensivo.
El
temor desencadena en la víctima comportamientos patológicos que
servirán de disculpa para justificar retroactivamente la agresión.
Muchas veces la víctima reacciona de manera vehemente y confusa.
Cualquier
medida que tome, cualquier cosa que haga servirá para que sus
perseguidores la vuelvan en su contra. Después de todo, el
objetivo de la maniobra perversa es dejarla desconcertada, inducirla
a la confusión total y a cometer equivocaciones.
No
son pocos los casos que tal maniobra perversa condujo al desesperado
suicidio de la víctima.
La
fase de odio o violencia, empieza con toda claridad cuando la
víctima reacciona e intenta obrar en tanto que sujeto y recuperar un
poco de libertad. A partir de este momento abundarán los
golpes bajos y las ofensas, así como palabras que rebajan,
humillan y convierten en burla todo lo que pueda ser propio de
la víctima.
En
esta etapa el perverso puede intentar que su víctima actúe
contra él para poder acusarla de malvada y violenta. Lo
importante siempre es que la víctima parezca responsable de lo que
ocurre. Ésta al principio se justifica, y luego se da cuenta de que
cuanto más se justifica, más culpable parece.
Otro de los pasos esenciales consiste en dejar de justificarse. Todas las cosas que hagamos o digamos el perverso cuenta con la rara habilidad de volverlas en contra nuestra.
También
la víctima debe estar prevenida que cualquier cambio de actitud
tenderá a provocar un aumento de las agresiones y de las
provocaciones. El perverso, convencido de que tiene la razón
tratará siempre de culpabilizarnos, por lo que esperar un cambio de
actitud por parte de él es prácticamente imposible. Y
bastante ingenuo por cierto.
http://vivinasalvettihoy.blogspot.com/2015/06/acoso-moral-extracto-del-libro-de-mf.html
Hola Martisman. Te escribo para agradecerte la referencia a mi blog Fronteras de Antropología, y solicitarte tengas a bien corregir mi nombre que figura mal escrito. en tu nota
ResponderEliminarSoy VIVINA, (nunca Viviana) Es nombre extranjero (nací en Venezuela) por eso algunos creen que está mal escrito o es un apodo. Figuro como Vivina ebn todos mis documentos de identidad..
Por favor, disculpa las molestias.
Y nuevamente ,gracias por la difusión