Una incómoda visibilidad
Por su estatura era una
pequeña, una niña de unos nueve años, empujada amorosamente hacia
el tren por alguien que, por la edad, debería ser padre, tío o
abuelo. Su vestimenta la tapaba por entero, tan solo se adivinaban
sus ojos en medio de aquel tejido de tapicería color bronce. Más
tarde la vi en el pasillo, también acompañada de aquel hombre,
incluso llegué a pensar si sería su dueño y ella su esclava, como
sigue siendo frecuente en ese universo cerrado ultra conservador del
islamismo más extremista. Me acordé con enojo de los que defienden
que las mujeres van tapadas por propia convicción, como respuesta
a los estereotipos occidentales. Otra barbaridad.
Foto TaniaQuintero
Foto TaniaQuintero
La occidentalidad, las
culturas desarrolladas del Norte, han llegado siempre a otros lugares
con la mentalidad del invasor buscando sus recursos naturales para su
propio bienestar e imponiendo sus formas y sus culturas. Los
conquistadores como sigue llamándoseles eran gentes financiadas por
los estados, como son los de ahora, y su ignorancia sobre los otros,
los conquistados, ha sido siempre sobrevalorada, como tratando de
disculparles. ¿Acaso no sabían a lo que iban?. Las conquistas de
los territorios implican allanamientos, violaciones, saqueos,
asesinatos y la destrucción de los patrimonios materiales e
inmateriales. La imposición de las convenciones religiosas y
culturales es imprescindible para extraer esos recursos que ahora se
quieren internacionalizar. La imposición consigue siempre lo
contrario de lo que pretende: la resistencia pasiva o activa de
los pueblos hostigados, siempre ha sido así. El velo es una incómoda
visibilidad para los occidentales que lo asimilan a la pobreza y a
la incultura de pueblos primitivos e históricamente lejanos.
En este momento histórico
miles y miles de personas se desplazan del Sur al Norte con la única
esperanza de sobrevivir y si la única medicina que se encuentra
disponible para ellos es la de la expulsión o la represión, algo
mucho peor que una prenda de ropa se extenderá por nuestras ciudades
como una nube tóxica nuclear.
Comentarios
Publicar un comentario